Hoy no voy a hablar de comida ni de ejercicio ni nada de esto.
Hace poco más de un mes que fue la vuelta al cole. En nuestro caso el inicio del cole; mi hijo empezó P3.
Por ahora en nuestro hogar el "virus" no es el COVID sino el apego. 3 años y ya muchas horas sin papá y sin mamá (y ya no hablemos del post-confinamiento). Sólo ante nuev@s compañer@s. Una profesora nueva. Un edificio nuevo.
La semana pasada quedé con una mamá y amiga. Quería tomar un café antes de recoger a los peques (amigos de la guardería que coinciden en la misma clase en la escuela... salvación... ¿o no?). Ha recibido un duro golpe de la vida y me alegro de que quiera quedar conmigo, de que empiece a abrirse ya que en los últimos 2 meses sólo nos hemos visto un par de veces. Pero la cosa no iba por allí.
Después de intercambiar 3 o 4 comentarios triviales me dice que quiere hablar conmigo y suelta que mi hijo pega al suyo.
Empalidezco y los nervios se agarrotan en mi estómago. La incredulidad se apodera de mi. Es la primera notícia que tengo porque a pesar de que la profesora me comenta que hay algún día en que está algo alterado no me ha mencionado nada de ésto.
Mi hijo (de 3) es señalado directamente por un adulto (de 39) porque araña a la cara de otro niño (de 3).
Es señalado pero no comprendido. Y mucho menos empatizado.
¿La adaptación no va bien? Lo sabemos por lo que vemos en casa. Regresiones en el pipi (de los 5 días que va a la escuela, sale 3 o 4 con otros pantalones por escapes), rabietas día si y día también nada más entrar en casa por la tarde por el cansancio acumulado (muchas emociones durante el día, incontrolables e intensas), demanda de brazos a todas horas y lloros por las mañanas cuando mamá se va a trabajar porque no quiere que yo me vaya ni él quiere ir a la escuela porque éste no es su hogar.
Hoy pude calmarlo un poco gracias a estos "tips" que circulan por internet... dibujé en su manita y en la mía un coche (menos bromas que ya sé que no soy Picasso) y acordamos que cuando nos echaríamos de menos miraríamos el dibujo y nos sabríamos que el otro también lo haría y nos pondríamos contentos.
El jueves tenemos reunión con la profesora y ando nerviosa.
En fin, que ésta no es una sociedad para niños... sólo hay que mirar a nuestro alrededor la gran cantidad de adultos rotos que pululan por ahí.
Perdonad la chapa...
Feliz martes !!